¿ PARA QUÉ?
Para conocer el proceso en su globalidad desde la preparación del terreno y siembra, hasta la transformación de los alimentos y el consumo equilibrado de estos.
Para sentir satisfacción ante la calidad de los productos obtenidos como resultado del trabajo cooperativo, del uso de medios naturales, del ahorro y reciclaje de desechos.
Para aprender a relacionarse con el entorno de manera sostenible y respetuosa, y valorar los beneficios de una agricultura limpia, ecológica y tradicional mas adecuada para la salud de las personas y el planeta.
Para reconocer el carácter finito de los recursos naturales, la necesidad de racionalizar su uso, y contribuir activamente a la defensa y conservación del medio ambiente, fomentando un consumo responsable.
Para adquirir autonomía y seguridad en las tareas propias del huerto y en el uso adecuado de las herramientas.
Para compartir de forma lúdica y creativa el proceso realizado y los productos obtenidos, con el resto del alumnado y las familias.
¿CÓMO LLEVARLO A LA PRÁCTICA?
-Es importante atender al carácter global de los aprendizajes por medio de este recurso educativo, a veces será necesario hacer cálculos y mediciones, comparar datos de crecimiento, averiguar medida de superficie de canteros o perímetro para vallar el huerto, de temperatura para comprobar el punto correcto del compost; averiguar el significado y uso popular de vocabulario agrario, conocer la procedencia y la historia social y económica de algunos productos, trabajar la receta; planificar y diseñar utensilios e instrumentos de medida atmosférica, realizar talleres de teñido, elaboración de mermeladas, conservas; entrevistar en el aula o visitar en su entorno a alguno de nuestros mayores con experiencia en las labores del huerto, etc.
-Una gran ayuda en las actividades en el huerto pueden ser los conserjes o jardineros, familiares u otras personas del entorno de la comunidad escolar.
-Los materiales que de forma cooperativa se van elaborando pueden constituir el contenido de un “cuaderno de huerto” que puede adaptarse a los diferentes ciclos y facilitar el trabajo e implicación de otro profesorado.
-El diario de huerto y el periódico escolar son medios apropiados para que las actividades y objetivos propuestos y conseguidos lleguen a las familias.
-Otro recurso educativo es la libreta viajera: “DE LA TIERRA AL PLATO”, mediante la cual las familias pueden aportar sugerencias, adivinanzas, cantares, refranes, recetas, consejos culinarios o de consumo, noticias, hasta su propia oferta para colaborar en el huerto.
-Sin duda, el momento festivo de la elaboración de platos o conservas con los productos obtenidos en las diversas cosechas, es uno de los más gratos e inolvidables del proceso. Solo superado por la degustación de estos, por el grupo y otros invitados (otros grupos, familiares, profesorado, etc.), por la sorpresa y admiración que sienten al ver el nacimiento incipiente de las pequeñas plántulas, donde han sembrado sus semillas o la satisfacción y alegría al comprobar la aparición de los primeros frutos.
-Nuestro papel como mediadores en el proceso de aprendizaje se puede resumir en: propiciar la interdisciplinariedad, hacer propuestas para el trabajo grupal y cooperativo, favorecer espacios de encuentro vital con la naturaleza y diferentes modelos agrarios, proponer actividades experimentales, abiertas, atractivas, funcionales, globalizadoras, que impliquen colaboración y ayuda mutua entre los alumnos y alumnas, y el respeto a las diferencias individuales. Y por último promover actitudes de respeto y conservación del patrimonio natural y cultural de nuestro territorio.
Colectivo Freinet de Canarias
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